martes, 19 de febrero de 2008

Argumentacion desarrollada por Carmen Ojeda

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS
ESPECIALIDAD: EDUCACIÓN PREESCOLAR
CURSO: DESARROLLO DEL LENGUAJE DEL NIÑO DE 0 A 7 AÑOS
PROFESORA: ANGÉLICA SILVA
PERÍODO ACADÉMICO: 2007-II

Autora: Carmen Ojeda
Sección: 006


Diferencias entre el lenguaje humano y la comunicación animal
(Texto de opinión)


El hombre es por naturaleza y esencia un ser social e integral que habita en un entorno donde existen diferentes culturas con las que debe relacionarse. En tal sentido, preguntas tales como ¿Cómo logran relacionarse con las personas? y ¿Qué instrumentos de comunicación usan? merecen ser estudiadas y una primera respuesta a ambas interrogantes está en la noción de comunicación. Por esta razón, debemos entender que la comunicación es la capacidad desarrollada por cualquier ser vivo para intercambiar información inherente a su relación grupal. A través de ese intercambio informativo, cualquier miembro obtiene información acerca de su entorno y hace partícipes a otros de este proceso. Por consiguiente, cuando pensamos en seres humanos, no podemos olvidar que el concepto que se asocia, ya no es simplemente comunicación sino lenguaje y representado éste a través de un código muy especializado como la lengua construida a base de una serie símbolos conocida por todos aquellos que hacen vida en una comunidad humana. Mientras que en la comunicación animal no podemos hablar de un código tan complejo como la lengua, sino de un intercambio de mensajes para buscar simplemente fuentes de alimentos, establecer dirección, posesión de territorio entre otros. Con lo anteriormente planteado surge la principal pregunta que dará cuerpo a esta argumentación, la cual es ¿Usan los animales el mismo código para comunicarse que los humanos?

En primer lugar, podemos decir que el lenguaje humano nos permite interactuar con los distintos grupos que habitan en una colectividad. En tal sentido, el lenguaje se convierte en un elemento importante para establecer relación con los demás, pues mediante él nos expresamos y damos a conocer nuestras ideas. Por esta razón, no cabe duda de que el lenguaje es esencialmente humano. El lenguaje se puede realizar en cualquier momento y sin limitaciones de tiempo ni espacio, lo cual es propio del simbolismo y fundamento significativo del lenguaje. Pero al pensar en la comunicación animal, específicamente en las abejas, sabemos que nada de lo anteriormente señalado aplica, porque la danza de las abejas se realiza sin la intervención del aparato vocal. Por diversas investigaciones sabemos que las abejas se comunican sólo durante la luz del día moviendo su vientre o girando en círculos sucesivamente para indicar al resto de sus compañeras de colmena donde se encuentra las flores con polen y néctar.

En segundo lugar, las nociones, expresiones y expresividad constituyen una capacidad o facultad extremadamente desarrollada por el ser humano. Ellas nos diferencian de otras especies animales y nos capacita para conceptualizar y comunicar mensajes mediante códigos que se unen libremente y sin límites con mínimos elementos. Por el contrario, la comunicación animal está más ligada a los instintos, refiriéndose en cierto modo al intercambio de ciertos datos objetivos a través de señales y no signos. Por tal razón, no hay transmisión de mensajes relativos a uno nuevo, por no existir una respuesta invariable a la reacción que produce en el animal el recibir la señal de alarma o comida. Esta señal nunca será cambiada.

En tercer lugar, el lenguaje humano se caracteriza por tener un sistema no restringido semánticamente, no dependiente de los estímulos externos y contextualmente adaptable a cualquier situación de comunicación. Como puede entenderse, un mismo mensaje puede servir para expresar funciones diferentes y una misma función puede ser construida a través de mensajes diferentes. Por su parte, en la comunicación animal si nos referimos al caso de las abejas, éstas pueden transmitir un número limitado de mensajes sobre la localización de alimentos, debido a que el alimento puede estar ubicado en un número relativamente limitado de lugares. Podría también aceptarse la dependencia del acto comunicaciónal de las especies animales por cuanto siempre su comportamiento comunicacional está asociado a lo externo, un comportamiento comunicacional que se responderá siempre a la misma metodología de señalización.

Para finalizar, y retomando lo antes expuesto, la comunicación es una forma de transmitir información de todo ser viviente para con ello sobrevivir en una sociedad ya existente. Con respecto a la comunicación animal y refiriéndonos al caso de las abejas, debemos señalar que éstas utilizan un código de señales resultado de la invariabilidad del mensaje, con una transmisión unilateral y siempre referido a la relación de una sola situación. Igualmente las especies animales transmiten información mediante posturas, gestos y señas. Sin embargo, a mi juicio, en lo que se refiere al lenguaje humano, este comportamiento comunicacional es mucho más complejo. El lenguaje humano se produce mediante códigos lingüísticos de un modo bidireccional permitiéndonos entender, ordenar y modificar la realidad en la que vivimos y la realidad que podemos inventar a través de palabras. Por estas razones hoy estoy convencida de que el lenguaje humano es la forma de comportamiento lingüístico más complejo que se conoce, que nos permite el empleo creativo de un sistema ordenado de símbolos orales y escritos que van más allá del instinto animal, y del compartir una información, para encontrar alimentos y aparearse.